La industrialización que se originó en Inglaterra
y luego se extendió por toda Europa no sólo tuvo un gran impacto económico, sino
que además generó enormes transformaciones sociales.
Proletariado urbano.
Como consecuencia de la revolución agrícola y
demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades; el
antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. La ciudad industrial
aumentó su población como consecuencia del crecimiento natural de sus habitantes
y por el arribo de este nuevo contingente humano. La carencia de habitaciones
fue el primer problema que sufrió esta población marginada socialmente; debía
vivir en espacios reducidos sin comodidades mínimas y carentes de higiene. A
ello se sumaban jornadas de trabajo, que llegaban a más de catorce horas
diarias, en las que participaban hombres, mujeres y niños con salarios
miserables, y carentes de protección legal frente a la arbitrariedad de los
dueños de las fábricas o centros de producción. Este conjunto de males que
afectaba al proletariado urbano se llamó la Cuestión social, haciendo alusión a
las insuficiencias materiales y espirituales que les afectaban.
Burguesía industrial.

Las propuestas para solucionar el problema
social.
Frente a la situación de pobreza y precariedad de
los obreros, surgieron críticas y fórmulas para tratar de darles solución; por
ejemplo, los socialistas utópicos, que aspiraban a crear una sociedad ideal,
justa y libre de todo tipo de problemas sociales (para algunos, el comunismo).
Otra propuesta fue el socialismo científico de Karl Marx, que proponía la
revolución proletaria y la abolición de la propiedad privada (marxismo); también
la Iglesia católica, a través del Papa León XIII, dio a conocer la Encíclica
Rerum Novarum (1891), primera Encíclica social de la historia, la cual condenaba
los abusos y exigía a los estados la obligación de proteger a lo más débiles. A
continuación, un fragmento de dicha encíclica:
« (...) Si el obrero presta a otros sus fuerzas a
su industria, las presta con el fin de alcanzar lo necesario para vivir y
sustentarse y por todo esto con el trabajo que de su parte pone, adquiere el
derecho verdadero y perfecto, no solo para exigir un salario, sino para hacer de
este el uso que quisiere (...) »
Estos elementos fueron decisivos para el
surgimiento de los movimientos reivindicativos de los derechos de los
trabajadores. Durante el siglo XX en medio de los procesos de democratización,
el movimiento obrero lograba que se reconocieran los derechos de los
trabajadores y su integración a la participación social. Otros ejemplos de
tendencias que buscaron soluciones fueron los nacionalismos, así como también
los fascismos en los cuales se consideraban a los obreros y trabajadores como
una parte fundamental en el desarrollo productivo de la nación, por lo que
debían ser protegidos por el Estado. No en vano el Estado de Bienestar es una
idea de Hindenburg que fue potenciada por Hitler para obtener el apoyo de su
clase trabajadora.